sábado, 27 de febrero de 2016

Viajamos a... Varsovia

La primera vez que puse un pie fuera de España lo hice a lo grande: me fui un año entero a Polonia. Me puse la maleta por montera y me convertí en voluntaria en un colegio de niños con necesidades especiales en un pueblo llamado Otwock, a pocos kilómetros de la capital.

Quizá ahora no es difícil ver incluso en tiempo real las ciudades, los museos o mil guías de viaje. Pero es que yo viajé por primera vez en 2004, justo cuando Polonia entró en la UE y lo que se sabía del país era básicamente: que hacía mucho frío, que estaba muy al Este y que debía de estar todo destrozado. Por lo visto a nadie se le ocurría pensar que desde la Segunda Guerra Mundial a lo mejor habían reconstruido el país.

En nuestro pueblo nos trataron realmente bien, pero no teníamos mucho que hacer cuando la nieve crecía, así que tuvimos tiempo y ocasión de recorrernos Varsovia palmo a palmo.

Estamos hablando de una ciudad más empresarial que amable para el turismo, o al menos, poco amable si tienes poco tiempo para visitarla. Pero nosotras lo teníamos, y vaya si descubrimos sitios absolutamente geniales.

Para empezar, es bastante probable que te encuentres con gente que hable un perfecto español, así que si eres de los que temen por la comunicación: tranquilo/a, no será un problema.

Para seguir, la ciudad se destruyó en un 90% durante la II GM, así que debéis partir de esa premisa para entender toda una reconstrucción a base de arquitectura socialista. Si decidís callejear cerca de Emily Platter (junto a la estación central de trenes) descubriréis un mundo en que se mezclan viejos mercaditos, patios de vecinos y símbolos religiosos que aparecen como una extrañeza en un contexto comunista.



A pesar de la destrucción, los polacos decidieron aportar su trabajo para poder reconstruir al menos una parte de su patrimonio. Su "Stare Miasto" (ciudad vieja) es uno de esos paseos que hay que paladear despacito, con tiento. No vayas directamente a la plaza central: parte de la plaza del castillo y asómbrate con la fotografía que te enseña un amasijo de cascotes, que fue lo que quedó del edificio después del año 45. Recorre las calles adyacentes admirando sus edificios, sus colores, las enormes campanas de bronce que resisten como recordatorio a los bombardeos, las vistas al río Vístula y su Barbacana. Y entonces sí, déjate llevar hasta la plaza central, donde a pesar de los turistas podrás entender cómo pudo ser reconstruir esa maravilla. Y donde conocerás la leyenda de la Sirena Guerrera, el símbolo de Varsovia.

Si te apasiona la Historia, tienes paradas obligatorias: la prisión de Pawiak, el Museo de la Insurrección, el Palacio de Cultura (o el subidón de ego que tuvo Stalin en la ciudad), la Universidad, la escultura a Copérnico...
Absolutamente imperdible es el parque Lazienki, con sus palacios sobre el agua y una de las mejores cosas que se pueden hacer en Varsovia: entre mayo y septiembre, todos los domingos hay un concierto de piano al aire libre con piezas de Chopin junto a la estatua dedicada al músico dentro del parque. ¡No volverás a prejuzgar la música clásica!

¿Y para comer? Si eres fan de las sopas como yo, este es tu paraíso. El "zurek" o la "zupa pomidorowa"(sopa de tomate) son mis favoritas, pero te invito a que pruebes las que quieras sin miedo alguno. Los "pierogi" o el "golombki" serían mis otras recomendaciones. Existe un plato llamado "bigos" a base de "chucrut" que es de lo más recomendado por los locales...pero que es difícil de asumir por un paladar ajeno :)
¿De postre? Quédate con esta palabra: "Paczki", que se pronuncia "ponchki". Si quieres el mejor busca la calle "Chmielna" que une Nowy Swiat con Centrum. Hay una pequeña ventana que vende los mejores de toda Polonia. ¡Lo sabrás porque hay una cola enorme delante!

Y por supuesto, cervezas para elegir en tamaño de 0,5 l. Y Vodka de muchos sabores. Un consejo: si vais por Nowy Swiat, veréis que detrás de los arcos que dan acceso a los edificios también hay muchos bares con buenos precios y buena bebida.

Polonia en general es un gran país para visitar y veremos otras de sus ciudades en entradas posteriores. Si estáis pensando en viajar en Semana Santa, sabed que allí la Pascua es una fiesta alegre, donde se pintan huevos, las iglesias hacen exposiciones y el domingo de Pascua se hace un gran desayuno.
Eso sí, si os quedáis hasta el lunes, tened en cuenta que es el día de "Smigus Digus" (Shmigus Dingus) y que consiste en que los chicos mojen levemente a las chicas que les gustan...lo que suele terminar como una auténtica guerra de agua. ¡Y una guerra de agua en Polonia en marzo puede dar mucho frío!

Para más información, consulta la página de turismo oficial.

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